jueves, 2 de enero de 2014

La tecnología como medio para mejorar la productividad de la economía nacional...

¿Pueden las tecnologías de la información mejorar la productividad?


El objetivo principal del presente informe es examinar las posibilidades que los  países tienen, desde la perspectiva del trabajo decente, de desarrollar su base de  competencias profesionales con el fin de aumentar tanto la cantidad de mano de obra  empleada en la economía como su productividad. Cuando los sistemas de educación y de desarrollo de competencias son inadecuados, las economías se mantienen en un círculo vicioso de bajos niveles de educación, de productividad y de ingresos. Por lo tanto, en el informe se analiza la manera en que las estrategias destinadas a aumentar y mejorar la pertinencia de la capacitación laboral, y a lograr que un mayor número de hombres y mujeres tengan acceso a dicha capacitación, pueden al mismo tiempo ayudar a los países a entrar en un círculo virtuoso de incremento de la productividad, el empleo y los ingresos, y de desarrollo.

El desarrollo de las competencias profesionales  es de fundamental importancia para el incremento de la productividad. A su vez, la productividad es un factor importante para elevar los niveles de vida y potenciar el crecimiento. Además, hay otros factores que ejercen una influencia decisiva en estos ámbitos, como, por ejemplo, las políticas macro económicas que permiten maximizar la oferta de empleo en beneficio de los pobres, los entornos que favorecen un desarrollo empresarial sostenible, el diálogo social y las inversiones fundamentales en los campos de la enseñanza básica, la salud y la infraestructura física.

Contar con sistemas eficaces de desarrollo de las competencias profesionales — que vinculen la educación con la formación técnica, la formación técnica con la incorporación al mercado laboral y la incorporación al mercado laboral con el lugar de trabajo y el aprendizaje a lo largo de la vida — puede ayudar a los países a obtener un crecimiento sostenible de la productividad y a convertir dicho crecimiento en más y mejores empleos. En el presente informe se examinan los desafíos que se plantean a países con distintos niveles de desarrollo y las diferentes opciones de política que éstos tienen. De este examen se espera extraer enseñanzas válidas, para los países menos adelantados y los países en desarrollo y también para los países más industrializados, en lo que respecta a la adecuación de los sistemas de desarrollo de competencias, no sólo a las necesidades actuales de los mercados de trabajo, sino también a las necesidades que habrá en el futuro en función de la evolución de las tecnologías, los mercados, el medio ambiente y las estrategias de desarrollo.
Una economía competitiva se caracteriza por altas tasas de crecimiento económico y de creación de empleos bien remunerados. Para que en los próximos años se incremente la competitividad del país, es necesario generar condiciones que aseguren un clima de negocios favorable y que permitan a los consumidores acceder a bienes y servicios bajo condiciones de mayor equidad. Entre los principales factores que determinan la competitividad se encuentran la productividad de la mano de obra, que depende en buena medida de la tecnología empleada, la eficiencia de los mercados, del marco regulatorio, así como de la disponibilidad de una infraestructura moderna.
Como punto de partida, debe señalarse que actualmente los costos para la operación de un negocio en el país son muy elevados. Por ejemplo, el estudio El Costo de Hacer Negocios en México 2007, elaborado por el Banco Mundial, señala que se requiere en promedio 36 días y nueve trámites para abrir una empresa en el país, principalmente notariales, de registro público y para la obtención de los permisos de los gobiernos municipales. En promedio, los costos de apertura representan cerca de 20% del PIB per cápita, lo cual contrasta, por ejemplo, con niveles de entre el 10 y el 13% en Brasil. A esto se le deben sumar los costos derivados de las deficiencias en la infraestructura logística y los costos elevados de diversos insumos.
Elevados costos para realizar transacciones, incertidumbres en los contratos y en los derechos de propiedad física e intelectual, problemas de seguridad pública, e infraestructura insuficiente son algunos de los elementos que perjudican a la competitividad en cualquier contexto, pero que se vuelven aún más restrictivos en un entorno global en el que otros países persiguen agendas activas de políticas públicas destinadas a aliviar todas estás trabas para la actividad productiva. Por tanto, es necesario adoptar acciones enérgicas en la materia para asegurar que se aproveche el potencial del país en todos los ámbitos de la actividad económica.

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